¿Y ahora qué hago con mi web?
La emoción de estrenar web es real: fotos nuevas, textos geniales, todo listo para “el gran lanzamiento” digital. Pero pasa el tiempo y… nada. Ni explosión de ventas, ni mensajes de clientes, ni likes. ¿Te suena? Créeme, no eres el único. Hoy te cuento por qué esto es más común de lo que parece y, sobre todo, cómo evitar que tu web termine olvidada en un rincón del internet.
El mito del “lanzamiento mágico”: por qué la web sola no hace milagros
Cuando lanzas tu web, es normal esperar resultados inmediatos. Pero la realidad es que una web es solo el punto de partida, no la meta. Muchos clientes llegan a mí con la expectativa de que la web, por sí sola, les traerá una avalancha de ventas. Spoiler: eso rara vez pasa.
¿Por qué?
Porque tu comunidad necesita tiempo para acostumbrarse a tu nueva “casa digital”, y porque el tráfico y las ventas no llegan solos: hay que trabajar para atraerlos.
¿Por qué tu web puede sentirse estancada?
- No hay tráfico suficiente: Nadie puede comprar si no sabe que existes. Sin visitas, no hay ventas.
- No tienes una estrategia de contenido: Si tu web no se actualiza ni aporta valor, Google y tus clientes la olvidan rápido.
- No conectas con tu comunidad: Cambiar hábitos de compra lleva tiempo, sobre todo si vienes del mundo físico.
- Falta de llamadas a la acción claras: Si la gente no sabe qué hacer en tu web, se va sin dejar rastro.
- Expectativas poco realistas: Pensar que la web es una varita mágica solo genera frustración.
¿Qué hacer para que tu web no sea una “mala inversión”?
- Hazle promoción constante Comparte tu web en redes, emails, WhatsApp, tarjetas de presentación… ¡donde sea! No basta con publicarla y esperar.
- Crea contenido útil y relevante Un blog, recursos gratuitos, guías, casos de éxito… El contenido es lo que mantiene tu web viva y la posiciona en Google.
- Invita a la acción (y hazlo fácil) Botones claros: “Agenda tu cita”, “Descarga la guía”, “Contáctame”. No des nada por sentado.
- Escucha a tu audiencia Pregunta a tus clientes qué les gustaría ver, qué dudas tienen, qué les impide comprar. Ajusta tu web según sus respuestas.
- Mide y mejora Revisa cuántas visitas recibes, de dónde vienen, qué páginas funcionan mejor. Usa esa info para ajustar tu estrategia.
- Ten paciencia y constancia Construir una comunidad digital lleva tiempo. No abandones tu web a los dos meses porque no ves resultados inmediatos.
El proceso: educar y acompañar a tu comunidad
Si tu negocio era físico, entiende que tu público necesita adaptarse a la nueva forma de comprar o contactarte. Educa a tu comunidad: explícales cómo funciona tu web, qué pueden encontrar, por qué es útil para ellos. Haz lanzamientos, tutoriales, preguntas y respuestas. Y, sobre todo, sé paciente: el cambio de hábitos no es de un día para otro.


